lunes, septiembre 06, 2010

Preocupaciones no-propias de mi edad.

Creo que debo tomarme la vida más tranquila, y es que deben verme a mediados de mes, es tener la presión de cosas que pagar, la más difícil es la del teléfono... para rematar, ni Antonio ni yo somos lo que se puede llamar, unos excelentes administradores.


Paguitos por aquí, paguitos por allá, si bien ninguna de esas sumas sobrepasa los $3000 es molesto andar con esa cifra mes a mes (bueno, cada vez se hace más pequeña) suena ridículo, pero me estresa el estrés ajeno, es allí donde hago mi función de 'absorbe preocupaciones' con consuelos ciertamente francos "eso puede esperar a la siguiente semana para ser pagado" "la solución no es gastar tanto estos días y ya está" .

Se me hace una especie de nudito en la garganta cuando lo veo todo preocupado con los codos en la mesa y las manos en la cabeza (uy, rimó)  un nudo que no se definir como angustia o como enojo ( como dije, son cuentas modestas, el hombre se ahoga en un vaso de agua)

La respuesta que siempre  recibo es un "no te preocupes" y un suspiro muy hondo.

...quizá no se entienda muy bien este post, digamos que hoy no siento que esté hilando muy bien las cosas.

A lo que me refiero es que ambos estamos actuando en un papel exageradamente maduro, las cuentas son ridículas y nosotros somos unos niños, debemos interpretar nuestro papel, no el que las personas predisponen... llegará el momento en que me deba tronar los dedos; por ahora no me siento preparada.


Cambiando ligeramente de tema, el viernes fue algo traumático.  Llegué a visitar a mi mamá, bajé del coche y escuché gritos... no me sorprendí, mi abuelita lleva años sin bajar las escaleras y todo lo que necesita lo pide a base de gritos, y mi mamá también le contesta con un grito (traducción : pensé que estaban platicando).

Pero luego noté que la puerta de madera estaba abierta (el portón de mi mamá es una reja que deja entrever muy bien la casa) y vi a mi mamá sentada en el piso, apoyada en la pared de la cocina, ella me volteó a ver y me dijo "me siento muy mal".

Me puse paranóica, yo no tengo llaves de la casa de mi mamá, así que por el interfón pedí a mi abuela que me abriera la puerta (se lo grité bastante fuerte) total que la puse nerviosa y tardó mas de dos minutos en abrirme, cuando llegué a la cocina mi mamá estaba tirada en el suelo inconsciente.

Mierda mierda mierda.

En esos momentos uno solo hace lo que le pasa por la cabeza y lo mio fue llamar a una ambulancia, me estaban tomando los datos cuando Yola volvió en si; se le notaba que no sabía ni que hacía allí, pero para mi fue un alivio.

No quiero hacer el cuanto más largo, acabé en urgencias y salí de allí cerca de las doce de la noche.

El diagnóstico de mi mamá fue estrés, así que me hizo pensar en todo eso que escribí anteriormente, la cosa no se limita a vivir si no a vivir bien.


...buff, creo que acabó siendo una entrada tipo "querido diario" esa no era la intención, discúlpeme querido lector.

1 pensamientos.:

Garcia [HST] dijo...

Yo desde los quince he vivido con preocupaciones de todo tipo, mi vida siempre se basa en las acciones tan anticipadas que analizo todos los días. Lo odio y muero de estrés.

What Would Lisbeth Do?