jueves, marzo 03, 2011

Soy discapacitada...bueno no.

O quizá sí, soy incapáz de escribir en orden, creo que soy como la directora de una película, hago pedazos : comienzo con el  desenlace, luego el inicio y acabo con el desarrollo, y finalmente lo uno... es un caos, pero así funciono, solo Francisco sabe cuanto lo intenté...bueno, eso espero.

Este pedacito es un regalo, por que estuve muy... em, irritable, gruñona y un extenso etcétera esta última semana...creo que ya se me pasó y solo puedo adoptar esa frase que canta Doris Day "Qué será, será, whatever will be, will be" no se si formará parte del cuento oficial por que anda con mucha "gasolina personal" y debe entenderlo cualquiera... mejor lo dejamos como un apéndice bizarro.

Por cierto, dejo aquí un apartado chiquitito... solo puedo decir que soy muy afortunada de poder decir "mi hermana" pese a que no estuvimos como uña y mugre en nuestras respectivas edades, es bueno sentir su apoyo y compañía estando del otro lado del charco o a menos de un metro de distancia, allí estaremos la una para la otra, siempre.

Bueno, ya me desvié...

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Frustración.

Simone no podía sentir otra cosa, pese a la larga temporada que había vivido en la biblioteca seguía casi como el primer día, aun con todo lo enseñado por Arthur, pese a esas madrugadas llenas de fábulas e historias de tierras lejanas y el pensar de tantísimas personas... aun con ese despliegue infinito de oportunidades, su corazón seguía ausente, incapaz de enamorarse siquiera de tan bello regalo como lo era el conocimiento.

Lloró apoyada en el escritorio de su habitación sin saber exactamente cuanto tiempo.


La puerta sonó de repente con tres golpecitos secos.

-"¿Simone? ¿Puedo pasar?"

Ella rápidamente enjugó sus lágrimas con la manga de su vestido y se incorporó.

-"Adelante"

Arthur pasó por la pequeña puerta con una sonrisa radiante que desapareció casi al instante.

-"¿Te encuentras bien?"

-"¿Qué? ah, mis ojos ¡no te preocupes! estaba leyendo y..."

-"...¿que leías?" Preguntó Arthur ansioso.

-"Die Leiden des jungen Werthers"

-"...ya veo, es bastante áspero ¿verdad?"

-"No - dijo tajante - si lloro no es por su rudeza si no...por la envidia que siento por cada uno de los personajes, ellos pueden sentir algo que yo no, y me pone peor saber que todos ellos salieron de aquí " y señaló su cabeza.

Arthur se mordió ligeramente el labio inferior, después le siguió un silencio largo e incómodo.

-"Bueno, te veías de buen humor y parece que lo he estropeado todo..."

-"¡Es cierto! vamos al balcón, quiero mostrarte algo"

Salieron, el sol se veía inmenso y naranja, el atardecer era bellísimo, ella se sentó en el piso, el filósofo la imitó.

Se quedaron en silencio varios minutos, el sol no desaparecía.

-"Que extraño" dijo Simone.

-"¿Lo haz notado? ¡le ganamos al tiempo! ¡congelamos el atardecer!"

-"Espera... es la biblioteca, esta avanzando hacia el sol...por eso da esta sensación"

-"Correcto... ¿te gusta?"

-"Y como no, imagina que pudiera quedarse así por siempre...me gustaría ver todo el tiempo el sol así, sentir...que por un momento el tiempo es lo de menos"

Más silencio, el atardecer por fin desapareció dando lugar a una noche estrellada, la princesa sonrió y dio media vuelta para volver a la habitación.

-"Espera...por favor"

-"Lo siento, lo siento...me distraje no lo tomes como una grosería es que yo..."

-"Todo esto ha sido siempre para ti"

-"...¿Pero qué..."

-"Escúchame, no se qué pasará cuando acabe de hablar... acércate más y escucha"

Simone guardó silencio, se situó justo frente al filósofo un poco sorprendida y lo miró a los ojos.

-"¿Quién querría vivir siempre solo rodeado de tantos tesoros? ¿de qué podría servirme saber cualquiera cosa sin alguien a quien compartirlo? por ello me cansé de estar en un mismo lugar, por eso toda esta locura...decidí moverme con todo esto que tengo, todo lo que soy con la confianza de encontrar a esa persona... si he estado solo tantos años, fue para encontrarte, para encontrar un tesoro de verdad"

Simone llevó inconscientemente su mano derecha hacia su boca, incrédula de lo que acababa de escuchar.

-"Ese día en la nieve estaba a punto de rendirme, de volverme a mi ciudad y quedarme allí conforme con lo que los demás quisieran, pero te vi y supe que yo necesitaba de ti tanto como tú de mi,  he llegado a este punto donde todo se vuelve insoportable por que tú no sientes nada de esto, por eso, Simone, pongo en tus manos lo poco que tengo, lo poco que soy ¿de que me sirve tener todos estos sueños tan idílicos? te los doy...me doy"

Él retiró gentilmente la mano que Simone tenía en la boca y la besó, un beso fugaz donde apenas se pudo sentir la tibieza de los labios.

-"No puedo...lo siento Arthur, no debí venir nunca..."

La princesa corrió lo más aprisa que pudo, temía que él fuera tras ella, paró hasta que pudo ver la biblioteca bastante lejos, trató de recuperar el aliento durante algunos minutos, aun sentía los labios de Arthur en los suyos, miró de nuevo el edificio, él no la siguió.

Simone estaba decidida, volvería a casa, oficialmente todo estaba perdido.

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Aquí sigue los derechos de autoria  y blablablabla..., no me lo tienen que decir, esa princesita es una completa tonta, pero no la culpen (tanto), recuerden que le robaron el corazón y no está en la capacidad de tomar ese amor feliz y campante, no hasta que caiga en la cuenta de algo vital.

3 pensamientos.:

Px dijo...

Ese es un libro que estoy dispuesto a comprarte :)

Señorita Escarlata dijo...

SUPERRRRRRRRRR!!!


Lástima que va para largo :(

El Escritor de Pacotilla dijo...

¿largo el mayordomo de los locos adams?


Bueno mi novelita azul pacífico la tardé como 1 año, pero hasta que quedó como yo quería.

What Would Lisbeth Do?